ANÁLISIS COMPARATIVO: ACTORES INVOLUCRADOS CON ENFOQUE DE
GÈNERO Y EL PRINCIPIO DE IGUALDAD DE MUJERES Y HOMBRES EN EL EMPLEO
La Guía Metodológica
para la Transversalización de los Enfoques de Interculturalidad y Género en la Formulación
de los Proyectos, elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente del Ecuador,
presenta un conjunto de herramientas metodológicas a través de las cuales se
pretende transversalizar el enfoque de género en todo el ciclo de los
proyectos, programas y procesos, los cuales se enmarcan en un “Plan de Acción” que
promueve su institucionalización.
Una de estas
herramientas es el “Análisis de Actores involucrados con enfoque de género”,
que tiene el fin de visibilizar a las mujeres y varones afectados por el
proyecto, identificando sus intereses y roles, creando las bases para su efectiva
participación durante las etapas de preparación, ejecución y seguimiento del
proyecto.
La Guía para la
incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación, del
Instituto Vasco de la Mujer - Red Kideitu, propone acciones para impulsar una estrategia participativa e
integral de incorporación del enfoque de género en los sistemas de empleo y
formación, con dos objetivos específicos; el primero aplicar la normativa en
materia de igualdad de género que rige en el país Vasco, y la segunda, orientar
a organizaciones y encargados de políticas, programas y proyectos de empleo y
formación, a que incorporen los principios de igualdad.
El Capítulo 3 de la
mencionada guía aborda el principio de igualdad de mujeres y hombres en el
empleo, partiendo de una reflexión de la problemática existente y las políticas
orientadas a resolverlas desde el siglo XIX, planteando ejes y objetivos del plan de trabajo para la igualdad
entre las mujeres y los hombres, siendo estos: Conseguir la misma independencia
económica, conciliar la actividad laboral con la vida privada y familiar, promover
la representación paritaria de las mujeres y los hombres en la toma de decisiones,
erradicar la violencia de género y la trata de seres humanos, eliminar los
estereotipos sexistas de la sociedad y promover
la igualdad de género fuera de la Unión Europea.
Ambos autores
proponen una serie de mecanismos y herramientas que pretenden transversalizar
la temática de género en el accionar de las políticas públicas, entendiéndose ésta
como “una estrategia para hacer de las
preocupaciones y experiencias tanto de mujeres como de varones de los
diferentes pueblos y nacionalidades, …, una dimensión integral respecto al
diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas, programas y
proyectos en todas las esferas: política, económica y social, de manera que
todos los grupos sociales se beneficien igualitariamente” (Dirección de Planificación e Inversión del Ecuador, 2011, p.11).
La primera guía
sostiene todo programa, proyecto y actividad debe incluir el análisis de
involucrados con enfoque de género, es decir que los actores deben ser analizados
tomando en cuenta sus roles e intereses, así como las brechas de género
existentes, tales como el acceso a
la información, los recursos, los servicios y los beneficios potenciales, la participación en las distintas etapas
del ciclo de proyecto, el poder de
decisión o control respecto a los cambios que implica el programa o
proyecto, etc, así como de las instituciones ejecutoras de estos proyectos.
Ambas guías parten de
un marco normativo que promueve la
igualdad de género, empero se diferencian sustancialmente por el avance en
cuanto a la legitimización de estos procesos; en Ecuador, un país
Latinoamericano, sin duda hay mucho más que avanzar y el enfoque de género
necesariamente debe incorporar los aspectos de interculturalidad.
En cambio en el país Vasco,
Euskadi, un país Europeo, “las mujeres se han convertido en los últimos años en
un eje central de las políticas públicas” (Kideitu, 2007, p.16). Podemos ver
este avance en diferentes periodos: los años 70, caracterizados por políticas
que buscaron reivindicar los derechos individuales de las mujeres (igualdad
legal), los 80 se proponen políticas y programas que buscan la igualdad real de
mujeres y hombres, orientadas a compensar las desventajas de las mujeres en el
mercado laboral, los años 90, se dio un avance cualitativo, porque se reconoció
que las necesidades de hombres y mujeres son diferentes, por tanto, las
políticas públicas debían considerar estas diferencias.
Sin duda, se
observa un gran progreso, no obstante, “los valores patriarcales, las
creencias, los estereotipos de género,…, son un muro invisible, persistente en
las instituciones, organizaciones, en las familias y en la sociedad en general”
(Kideitu, 2007, p.16), surgiendo cuestionamiento sobre cuáles los roles que deben cumplir las mujeres?, esos roles deben
ser asumidos obligatoriamente por éstas?, qué función juega su rol de
fecundidad para garantizar la existencia de la sociedad?, y cómo perciben las
mujeres estos roles?.
El avance
normativo puede ser un buen inicio, pero por si solo no garantizará la igualdad
de género, se requiere una suma de esfuerzos individuales y colectivos que
cambien la mentalidad de las personas, así como su internalización en las instituciones
y organizaciones.
Probablemente,
las políticas ya no deban enfocarse en abrir mayores y mayores espacios para la
participación de la mujer, sino más bien en concientizar y promover la
participación de los hombres en los diferentes roles de la sociedad.
Bibliografía
Dirección de
Planificación e Inversión. (2011). Guía Metodológica para la Transversalización
de Interculturalidad y Género en la Formulación de Proyectos. Quito, Ecuador:
Ministerio de Medio Ambiente.
Kideitu. (2007). Guia
para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y
formación. Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer - Agrupación de Desarrollo
"Red Kideitu".
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