jueves, 25 de junio de 2015



ANÁLISIS COMPARATIVO: ACTORES INVOLUCRADOS CON ENFOQUE DE GÈNERO Y EL PRINCIPIO DE IGUALDAD DE MUJERES Y HOMBRES EN EL EMPLEO


La Guía Metodológica para la Transversalización de los Enfoques de Interculturalidad y Género en la Formulación de los Proyectos, elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente del Ecuador, presenta un conjunto de herramientas metodológicas a través de las cuales se pretende transversalizar el enfoque de género en todo el ciclo de los proyectos, programas y procesos, los cuales se enmarcan en un “Plan de Acción” que promueve su institucionalización.

Una de estas herramientas es el “Análisis de Actores involucrados con enfoque de género”, que tiene el fin de visibilizar a las mujeres y varones afectados por el proyecto, identificando sus intereses y roles, creando las bases para su efectiva participación durante las etapas de preparación, ejecución y seguimiento del proyecto.

La Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación, del Instituto Vasco de la Mujer - Red Kideitu, propone acciones  para impulsar una estrategia participativa e integral de incorporación del enfoque de género en los sistemas de empleo y formación, con dos objetivos específicos; el primero aplicar la normativa en materia de igualdad de género que rige en el país Vasco, y la segunda, orientar a organizaciones y encargados de políticas, programas y proyectos de empleo y formación, a que incorporen los principios de igualdad.

El Capítulo 3 de la mencionada guía aborda el principio de igualdad de mujeres y hombres en el empleo, partiendo de una reflexión de la problemática existente y las políticas orientadas a resolverlas desde el siglo XIX, planteando ejes y  objetivos del plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los hombres, siendo estos: Conseguir la misma independencia económica, conciliar la actividad laboral con la vida privada y familiar, promover la representación paritaria de las mujeres y los hombres en la toma de decisiones, erradicar la violencia de género y la trata de seres humanos, eliminar los estereotipos sexistas de la sociedad y  promover la igualdad de género fuera de la Unión Europea.

Ambos autores proponen una serie de mecanismos y herramientas que pretenden transversalizar la temática de género en el accionar de las políticas públicas, entendiéndose ésta como “una estrategia para hacer de las preocupaciones y experiencias tanto de mujeres como de varones de los diferentes pueblos y nacionalidades, …, una dimensión integral respecto al diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas, programas y proyectos en todas las esferas: política, económica y social, de manera que todos los grupos sociales se beneficien igualitariamente” (Dirección de Planificación e Inversión del Ecuador, 2011, p.11).

La primera guía sostiene todo programa, proyecto y actividad debe incluir el análisis de involucrados con enfoque de género, es decir que los actores deben ser analizados tomando en cuenta sus roles e intereses, así como las brechas de género existentes, tales como el acceso a la información, los recursos, los servicios y los beneficios potenciales, la participación en las distintas etapas del ciclo de proyecto, el poder de decisión o control respecto a los cambios que implica el programa o proyecto, etc, así como de las instituciones ejecutoras de estos proyectos.

Ambas guías parten de un marco normativo que promueve la igualdad de género, empero se diferencian sustancialmente por el avance en cuanto a la legitimización de estos procesos; en Ecuador, un país Latinoamericano, sin duda hay mucho más que avanzar y el enfoque de género necesariamente debe incorporar los aspectos de interculturalidad.

En cambio en el país Vasco, Euskadi, un país Europeo, “las mujeres se han convertido en los últimos años en un eje central de las políticas públicas” (Kideitu, 2007, p.16). Podemos ver este avance en diferentes periodos: los años 70, caracterizados por políticas que buscaron reivindicar los derechos individuales de las mujeres (igualdad legal), los 80 se proponen políticas y programas que buscan la igualdad real de mujeres y hombres, orientadas a compensar las desventajas de las mujeres en el mercado laboral, los años 90, se dio un avance cualitativo, porque se reconoció que las necesidades de hombres y mujeres son diferentes, por tanto, las políticas públicas debían considerar estas diferencias.

Sin duda, se observa un gran progreso, no obstante, “los valores patriarcales, las creencias, los estereotipos de género,…, son un muro invisible, persistente en las instituciones, organizaciones, en las familias y en la sociedad en general” (Kideitu, 2007, p.16), surgiendo cuestionamiento sobre cuáles los roles que deben cumplir las mujeres?, esos roles deben ser asumidos obligatoriamente por éstas?, qué función juega su rol de fecundidad para garantizar la existencia de la sociedad?, y cómo perciben las mujeres estos roles?.

El avance normativo puede ser un buen inicio, pero por si solo no garantizará la igualdad de género, se requiere una suma de esfuerzos individuales y colectivos que cambien la mentalidad de las personas, así como su internalización en las instituciones y organizaciones.

Probablemente, las políticas ya no deban enfocarse en abrir mayores y mayores espacios para la participación de la mujer, sino más bien en concientizar y promover la participación de los hombres en los diferentes roles de la sociedad.

Bibliografía

Dirección de Planificación e Inversión. (2011). Guía Metodológica para la Transversalización de Interculturalidad y Género en la Formulación de Proyectos. Quito, Ecuador: Ministerio de Medio Ambiente.
Kideitu. (2007). Guia para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación. Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer - Agrupación de Desarrollo "Red Kideitu".

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